Preferencias Partidarias – Mayo 2021

Presentación

El Monitor de Opinión Pública presenta información de seguimiento de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya.

La información presentada en este informe proviene de una encuesta de telefonía celular a personas mayores de 18 años residentes en todo el país.

La medición fue realizada entre el  13/5/2021 y el 20/5/2021 sobre la base de un muestreo aleatorio a números rango de telefonía celular. La muestra es de 824 casos y el margen de error máximo para las proporciones del total de la muestra es de +/-3.5% para un nivel de confianza del 95%.

Los resultados se encuentran ponderados por nivel educativo, región, edad, sexo y voto en las elecciones presidenciales de 2019. El Monitor de Opinión Pública es contratado por Montecarlo Televisión, agrupaciones políticas y organizaciones del sector público y privado.

Este informe se presenta como primicia en Telenoche 4.

 

Preferencias Partidarias

Preferencias partidarias con repregunta a indefinidos

Preferencias partidarias según voto en octubre 2019

Preferencias por bloque partidario según votación por bloques en octubre 2019

Análisis

Las preferencias partidarias: un componente clave de la intención de voto

Las preferencias partidarias son un componente explicativo central del comportamiento electoral de los uruguayos dado que el país goza de un sistema de partidos robusto, conformado por cuatro fuerzas principales: dos con casi dos siglos de vida (Partido Nacional y Partido Colorado), uno que este mismo año celebró medio siglo desde su fundación (Frente Amplio) y otro muy reciente nacido a instancias del ciclo electoral 2019 (Cabildo Abierto). Además, cerca de la mitad de los uruguayos se identifica con un partido político uruguayo y otro porcentaje relevante siente cercanía a alguno.

Monitorear las preferencias partidarias es por tanto relevante para analizar las perspectivas de cara a cada ciclo electoral en el país. Una de las vías para realizar este seguimiento es a través de las preguntas de intención de voto partidaria. En este clásico enfoque, se solicita a los encuestados indicar por cuál partido votarían si el domingo siguiente hubieran elecciones presidenciales. A partir de esta medición, desde Opción comenzaremos a monitorear por esta vía el progreso de las preferencias partidarias de cara al ciclo electoral de 2024.

Si bien conocer las preferencias partidarias a través de un escenario simulado de intención de voto es relevante, no debiera equipararse a una estimación integral de la intención de voto. La razón principal es que las preguntas de intención de voto partidaria no abordan el otro ingrediente central de la oferta electoral: las candidaturas presidenciales. Dado que los uruguayos votan no sólo en función de sus cercanías partidarias sino también según su sintonía con los principales líderes políticos, para un abordaje integral de las preferencias electorales sería necesario incorporar una grilla concreta de candidatos presidenciales posibles para cada partido. Tomar en cuenta este punto es especialmente relevante para dimensionar correctamente la correlación de fuerzas al interior de la Coalición Multicolor, donde hay un segmento significativo de ciudadanos que seguramente escogerá su voto en la primera vuelta de 2024 en función de la fórmula del bloque con la que más sintonice.

En suma, el objetivo principal de un informe basado en una pregunta de intención de voto partidaria no es establecer qué pasaría si hubiese elecciones el próximo domingo (para lo cual se precisaría también disponer de un listado de candidatos para cada partido) sino principalmente evaluar el posicionamiento de los partidos y bloques políticos del país.

Igual que en la etapa previa a las internas de 2019, FA y PN comparten el liderazgo de posicionamiento, muy distanciados del resto de los partidos. Por bloques, la distribución de preferencias es muy similar a la del pasado ciclo electoral.

La gráfica 1 presenta las preferencias partidarias contemplando únicamente la pregunta central de este informe, esto es, la distribución de respuestas según a qué partido votarían los uruguayos si hubiera elecciones el próximo domingo. Se observa que el Frente Amplio y el Partido Nacional recogen un nivel casi idéntico de preferencias (34% y 33% respectivamente), muy distanciados del resto de los partidos. FA y PN absorben dos tercios de las respuestas y un 83% de las preferencias entre quienes eligen algún partido. La situación se asemeja al escenario de preferencias partidarias previo a las internas de 2019, donde el FA y el PN presentaron una alta paridad (intercalándose frecuentemente en el liderazgo), muy lejos del resto de las fuerzas políticas.

El Partido Colorado y Cabildo Abierto, los principales dos socios del PN en el gobierno, recogen en tanto un 5% de las preferencias cada uno. El PC se encuentra en un piso histórico, algo por debajo de su posicionamiento en el período 2015-2018 y bastante por debajo de su posicionamiento tras la consolidación de la candidatura de Ernesto Talvi en 2019. Por último, el PI y el PERI cuentan con preferencias partidarias que se corresponden con su potencial exhibido en las pasadas elecciones y que le valieran a cada agrupación un diputado en el Parlamento. En tanto, un grupo de otros partidos alcanza sumado un 2%. Por último, hay un 19% de los uruguayos que no indica preferencias partidarias, compuesto por un 8% que votaría en blanco o anulado y un 11% de indecisos propiamente dichos.

A los integrantes de este último segmento les preguntamos en un segundo momento hacia cuál partido sentían mayor cercanía. Si incorporamos las respuestas a esta segunda pregunta al análisis original, observamos que crecen las preferencias hacia todos los partidos, decreciendo 8 puntos el porcentaje de indefinidos. El que más crece es el FA, que agrega 4 puntos, alcanzando el 38% y ampliando la distancia con el Partido Nacional, que llega a su vez al 35%. Por su lado, tanto Cabildo Abierto como el Partido Colorado crecen 1 punto y alcanzan cada uno un 6% de las preferencias. Queda en tanto un 11% de “indefinidos duros”, esto es, uruguayos que tampoco indican preferencias partidarias en la repregunta.

Si analizamos los datos relevados en función de preferencias por bloques, se observa una fuerte estabilidad respecto al último ciclo electoral. En primer lugar, la suma de preferencias hacia partidos del bloque multicolor es varios puntos superior a las preferencias hacia el FA. En la pregunta inicial, esta diferencia es de 14 puntos. Cuando se incorpora la repregunta a indefinidos, la distancia pasa a ser de 11 puntos.

Que la suma de preferencias hacia partidos de la CM supere las preferencias hacia al FA no necesariamente posiciona al oficialismo con ventaja electoral pensando en una segunda vuelta. En el balotaje de 2019, Lacalle Pou resultó electo por 1.5 puntos de ventaja frente a Daniel Martínez; un mes antes, los partidos de la CM sumados habían votado 15 puntos por encima del FA. Una pregunta clave es, por tanto, qué capacidad de fidelización de su electorado de primera vuelta tendrá el bloque multicolor en un eventual balotaje en 2024  (asumiendo obviamente el mantenimiento de un formato de competencia y acuerdos electorales similar al de 2019). Actualmente, únicamente puede decirse que, de continuar esta división entre dos bloques de naturaleza diferente (uno multipartidario y otro unipartidario), es factible que los partidos de la CM necesiten nuevamente votar varios puntos por encima del FA en octubre si aspiran a triunfar como bloque en noviembre dado que, en todos las segundas vueltas previas, el FA siempre ha logrado captar un porcentaje minoritario pero relevante de votos tradicionales/multicolores.

Otro dato que comprueba los escasos movimientos en las preferencias por bloque lo proporciona el análisis según votación en la primera vuelta de 2019. Entre quienes votaron al FA, casi 9 de cada 10 ciudadanos sigue prefiriendo a dicha fuerza política y sólo un 4% se vuelca hacia opciones partidarias del bloque multicolor.  Lo mismo sucede entre quienes votaron a partidos de la CM en octubre de 2019: 90% sigue eligiendo a partidos del bloque y únicamente un 5% se vuelca hacia el FA. En pocas palabras,  son muy altos los niveles de fidelización de cada bloque en relación al pasado ciclo electoral.

Por lo visto, el actual clima de opinión pública favorable al oficialismo, ilustrado por una amplia brecha positiva de aprobación de la gestión de gobierno y una notoria consolidación de imagen del Presidente Lacalle Pou, no ha generado cambios relevantes en el escenario de preferencias por bloques. Esto significa que el porcentaje minoritario pero relevante de frenteamplistas que apoya al gobierno no ha dejado de ser frenteamplista. Naturalmente, para los intereses del oficialismo sigue siendo central preservar el mayor tiempo posible el actual escenario de apoyo predominante al gobierno y al presidente. La evaluación retrospectiva de gestión es un componente explicativo clave del comportamiento electoral: cuanto más tiempo sostengan los ciudadanos una mirada positiva del gobierno de turno, más crecerán sus chances de darle un voto de continuidad (y viceversa). En qué momento podría una eventual continuación del escenario evaluativo favorable al gobierno comenzar a tener impactos en las preferencias partidarias y qué pasaría con estas preferencias si, a la inversa, el gobierno pierde apoyo son preguntas que podrán ir contestándose en futuros análisis y con nueva evidencia.

La correlación de fuerzas al interior de la CM: interrogantes y desafíos para sus integrantes

Si miramos el escenario de preferencias partidarias y lo comparamos a la última elección presidencial, se observa que la preferencia hacia el PN es 7 puntos superior a su votación en octubre de 2019 (35% contra 28%). Lo inverso ocurre con el Partido Colorado y Cabildo Abierto, que hoy registran preferencias que llegan aproximadamente a la mitad de su votación pasada. Cabe reiterar que la distribución de preferencias al interior de la CM se puede ver fuertemente afectada por la oferta de candidaturas de sus integrantes. Vale recordar la evidencia de 2019. Antes de las internas, el PN generalmente captaba entre el 60%-65% de las preferencias partidarias de electores multicolores. Luego de las internas, tras la confirmación de las candidaturas de Manini y Talvi en CA y el PC, el peso del PN dentro del bloque cayó significativamente, para culminar representando aproximadamente la mitad de los votos del electorado multicolor en la elección de octubre.

En el caso de Cabildo Abierto, no debería sorprender que recoja guarismos de preferencia partidaria bastante menores a los de su votación en 2019. En dicho partido, la sintonía con su principal líder (Guido Manini Ríos) fue un factor explicativo central de su performance electoral. En tanto, el posicionamiento de Cabildo Abierto como “marca partidaria” sigue siendo incipiente. Así, una grilla que midiera no solo preferencias partidarias sino también candidatos presenciales factibles (con Manini como candidato de CA) seguramente arrojaría resultados diferentes y se acercaría más al resultado de la elección pasada. Algunas mediciones preliminares realizadas previamente apoyan esta hipótesis.

En cuanto al Partido Colorado, también es razonable que hoy día se encuentre en un piso histórico de preferencias y lejos del 12% que obtuviera en las últimas dos elecciones. Factiblemente, la imagen partidaria y la identificación con el PC están hoy afectadas por un nuevo proceso de búsqueda y reconstrucción de liderazgos, tras la renuncia de Ernesto Talvi a ejercer la actividad política a mediados de 2020. En este contexto, una pregunta clave de cara al futuro electoral del PC es qué ocurrirá con Pedro Bordaberry, quien hoy no realiza actividad político partidaria pero que es la figura colorada de mayor posicionamiento. Si Bordaberry decide postularse como candidato, el PC contará con una figura de amplio conocimiento y con capacidad competitiva en un segmento interesante del bloque multicolor. Si no lo hace, el PC se verá ante el mismo desafío que en 2019: consolidar un nuevo liderazgo que busque potenciar (o al menos preservar) un posicionamiento partidario que ha quedado muy rezagado desde la elección de 2004 en adelante.

El PN, por último, tiene un desafío diferente. Su rol protagónico en el gobierno y el fuerte mantenimiento de su “sello partidario” son activos ventajosos en relación a sus socios de la CM. Estos activos, como se desprende de las preferencias partidarias relevadas, lo vuelven a perfilar con claridad como el partido del bloque multicolor con mejores posibilidades competitivas de cara a 2024. Sin embargo, en la próxima elección el PN tendrá una desventaja relativa frente a sus socios de bloque: no podrá incluir como candidato presencial al actual Presidente Luis Lacalle Pou, cuyos niveles de popularidad y conocimiento predominan con claridad sobre el resto de las figuras partidarias. Por tanto, para intentar aproximarse a su registro actual de preferencias partidarias, el principal desafío del PN será la consolidación de una candidatura potente en ausencia de su principal referente, proceso que necesariamente implicará renovación frente a su oferta pasada de candidaturas presidenciales.

 

 

*Ante cualquier consulta relativa a este informe u otros servicios comunicarse con Opción Consultores: [email protected]; Tel. (598) 2413-6509.

*Foto: Fernando Ponzetto / El País

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