Intención de Voto Elecciones Departamentales Setiembre 2020

Intención de Voto Elecciones Departamentales

El Monitor de Opinión Pública Departamental presenta información de seguimiento de la opinión pública departamento por departamento, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya.

Análisis (Primera parte)

Primera parte: Los departamentos con tradición partidaria hegemónica

Cuando se observa el mapa electoral departamental desde una perspectiva histórica, se comprueba la existencia de al menos dos grandes grupos de departamentos. Un primer grupo está compuesto por nueve departamentos con tradición histórica de baja o incluso nula alternancia por lema. En ocho casos (Colonia, Lavalleja, Soriano, Durazno, Flores, San José, Cerro Largo y Tacuarembó) hablamos de territorios con predominio contundente del Partido Nacional a lo largo de las décadas. En este grupo de departamentos, la última vez que el PN perdió un gobierno departamental fue en Soriano y Lavalleja, en 1984. Hay incluso varios casos en los que debemos remontarnos a las décadas del 40 o 50 para encontrar una derrota nacionalista. Al grupo de departamentos con fuerte hegemonía histórica partidaria debemos agregar a Rivera, donde el PC ha logrado casi siempre gobernar. Desde la reinstauración democrática, solo perdió la intendencia en las elecciones de 1989.

Repasando el panorama electoral actual en este grupo de departamentos de baja o nula alternancia histórica en el gobierno departamental, 2020 no depararía grandes sorpresas. De los ocho departamentos con hegemonía estable del Partido Nacional, en siete la disputa luce resuelta a su favor aunque resten varias semanas de campaña. Son suficientemente grandes las distancias entre el PN y sus lemas rivales como para proyectar una victoria de los oficialismos departamentales. Basándonos en los datos del bimestre julio-agosto, en estos departamentos el PN aparece en general con ventajas de entre 20 y 40 puntos ante el Frente Amplio, que en todos los casos se ubica como segundo lema de preferencia. Además, en estos siete departamentos, el PN factiblemente alcance la mayoría absoluta.

No obstante, al comparar la intención de voto actual con los resultados de las elecciones departamentales de 2015, aparecen algunos matices importantes. Por un lado, aunque resta conocer el comportamiento de los indecisos, el PN se perfila para perder votación en Flores respecto a la elección pasada. En Flores, en 2015 el PN registró un histórico 79% de votación, favorecido por una polarización interna de la competencia. En 2020, con un diseño diferente y candidatura única de Fernando Echeverría (que aspira a la reelección), el PN se perfila para captar cerca de la mitad del electorado.

Otros dos departamentos donde los triunfos del PN factiblemente sean por una distancia menor a la de 2015 son San José y Durazno. En San José, el PN presenta dos figuras relativamente nuevas, siendo Ana Bentaberri quien cuenta con amplias chances de suceder a José Luis Falero (electo en 2010 y reelecto en 2015). En Durazno, parece inamovible la reelección de Carmelo Vidalín, que en este caso compite con candidatura única dentro del PN. En 2015, la candidatura de José Rielli complementó al PN y aportó un caudal interesante para que dicho partido llegara a un histórico 63% de votación.

En otros tres departamentos, el PN se perfila para tener un resultado relativamente similar al de 2015. En Tacuarembó, por ejemplo, registra 56% de intención de voto, habiendo votado 58% en la elección departamental pasada. En Soriano, en tanto, el PN está 8 puntos por debajo de su resultado de 2015 pero, al faltar un 12% de electores por decidir su voto, podría estar cerca de repetir su 63% de la pasada elección, estando virtualmente resuelto el retorno a la intendencia de Guillermo Besozzi. Algo similar ocurre en Lavalleja, donde el PN marca 47% (con un 14% de indecisos existente) y donde su votación en 2014 fue 54%. Allí las mejores chances las tiene Mario García que ha aventajado sistemáticamente a su rival interna Carol Aviaga. Por último, en Cerro Largo el PN tiene francas posibilidades de votar significativamente mejor que en 2015. En el bimestre julio-agosto, el PN registra un 66% de intención de voto, existiendo además un 10% de indecisos. En la elección de 2015, el PN triunfó en Cerro Largo con el 61% de los votos. Interesantemente, en esta oportunidad no se presenta Sergio Botana, principal dirigente del departamento, intendente en el período 2010-2015 y 2015-2020 y hoy senador de república. A la vez, el Frente Amplio presenta la candidatura del ex intendente y ex vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, en busca de mejorar su 33% de la elección pasada.  Sin embargo, la fuerte polarización de la contienda entre los dos candidatos del PN (Pablo Duarte y José Yurramendi, ambos del ala de Sergio Botana), podría culminar produciendo un resultado inusualmente alto para el oficialismo departamental.

De los departamentos con hegemonía histórica blanca, queda por considerar el caso de Colonia. Allí, el PN ha logrado renovar el gobierno departamental desde 1958 y en las 3 últimas elecciones lo hizo superando la mayoría absoluta. A lo largo de este año,  en nuestras mediciones el PN se ha mantenido siempre al frente en la intención de voto departamental.

Sin embargo, en ningún caso registró una distancia que luciera concluyente ante el Frente Amplio. En el bimestre julio-agosto, el PN saca 6 puntos al FA, ventaja sensiblemente menor a los 17 puntos de diferencia a su favor que tuvo en la elección de 2015. El escenario, a su vez, está polarizado entre dos grandes aspirantes: el oficialista Carlos Moreira (que aspira a la reelección y saca clara ventaja en la interna nacionalista ante Ricardo Planchón) y el opositor Jorge Mota. Factiblemente, los sucesos de pública notoriedad que afectaron al intendente Moreira al filo de la elección presidencial de octubre, se encuentren afectando el actual escenario electoral departamental. Por otro lado, aunque la submuestra de indecisos es pequeña (incluso al combinarse las encuestas de julio y agosto), este segmento parecería más volcado hacia el PN que hacia el FA. Tomando en cuenta este dato, así como la ventaja que ha sostenido el PN en todas las mediciones realizadas, nuestra hipótesis es que el PN cuenta con las mayores probabilidades de triunfo, sin que por otro lado pueda darse por cerrada la contienda.

Del grupo de departamentos con predominio partidario de larga data, resta por analizar Rivera, único caso donde el Partido Colorado ha preservado la hegemonía en las elecciones departamentales, a pesar de su notoria pérdida de caudal electoral (tanto en elecciones nacionales como departamentales) desde 2004 en adelante. Las elecciones de 2020 no se perfilan para deparar sorpresas pues el PC sigue dominando ampliamente el escenario. En el bimestre julio-agosto, el PC registra 53% de intención de voto, muy distanciado del resto de los partidos (tiene por ejemplo 30 puntos más que el PN, que se ubica en segundo lugar). Con un 11% de indecisos, el PC incluso podría votar similarmente a 2015, a pesar de que uno de sus principales caudillos políticos, Marne Osorio, no puede aspirar a la reelección. Su sucesor se perfila para ser Richard Sander, que ha mantenido siempre clara ventaja ante su principal competidor de la interna colorada, Mauricio González.

Segunda parte: Los departamentos con alternancia reciente

El progresivo crecimiento electoral del Frente Amplio entre 1984 y 2004 no sólo produjo cambios significativos en el escenario nacional (tres gobiernos consecutivos de la coalición de izquierda entre 2005 y 2020) sino también en el mapa de gobiernos departamentales de las últimas dos décadas. A partir de 2005, el Frente Amplio logró acceder a nueve gobiernos departamentales en el interior del país, en algunos casos por una única vez, en otros alternándose con frecuencia con los partidos fundacionales y en otros transformándose en el nuevo partido predominante. En su conjunto hablamos de los departamentos de Maldonado, Treinta y Tres, Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Rocha, Canelones y Florida.

¿Cuál es hoy la situación en estos departamentos? De los cuatro casos donde el Frente Amplio logró acceder al gobierno departamental en 2005 o 2010 pero donde perdió las elecciones departamentales de 2015, en tres la contienda luce cerrada en favor del Partido Nacional. A esta situación se ajustan los casos de Artigas, Treinta y Tres y Maldonado, incluso con distancias tan amplias como en aquellos departamentos donde el PN viene ejerciendo el gobierno departamental desde hace varios lustros. De acuerdo a nuestras mediciones, en Artigas el PN le lleva 42 puntos al FA, en Maldonado 35 puntos y en Treinta y Tres 36 puntos. En Artigas y Maldonado, el escenario se perfila claramente para que el PN supere al FA por distancias mayores que en 2015. En la última elección departamental, el PN se había impuesto por 14 puntos en Artigas y por 6 puntos en Maldonado. En estos dos casos, se observa entonces un fuerte debilitamiento de la capacidad competitiva del FA. El caso de Maldonado llama particularmente la atención dado que el FA logró acceder al gobierno departamental en dos oportunidades y porque su ex intendente Oscar de los Santos integra el terceto de candidaturas frentistas. Sin embargo, la fuerte popularidad actual de Enrique Antía (que se encamina a la reelección) y los conocidos conflictos internos entre los principales liderazgos frentistas del departamento (especialmente entre de los Santos y Darío Perez), han generado un escenario de fuerte ventaja para el nacionalismo.

En Artigas, por su lado, el FA logró únicamente vencer en 2010, siendo electa Patricia Ayala en una contienda muy pareja. Sin embargo, el escenario actual es muy diferente, en parte por el liderazgo afianzado del nacionalista Pablo Caram (quien se perfila para obtener cómodamente la reelección y que puede llegar a ser el intendente electo con mayor porcentaje de votación) y en parte debido a problemas a la generación de liderazgos locales potentes en el FA. En Treinta y Tres, por su lado, hay una competencia interna en el Partido Nacional muy polarizada entre Ramón da Silva (que representa a la facción oficialista departamental) y Mario Silvera, con leve ventaja para el segundo. Además, en este caso el ajustado triunfo del FA en 2005 parece haber sido una rara avis electoral, en la medida que se trata de un departamento de fuerte tradición nacionalista, similar al del primer grupo considerado. Salvo en 2005, desde la reinstauración democrática el PN obtuvo siempre la jefatura departamental, alcanzando incluso un récord de votación en 2015 con casi dos tercios del electorado.

De los departamentos donde el PN ejerce hoy el gobierno departamental pero donde el FA gobernó en algún momento, Florida es el único caso donde el FA cuenta con probabilidad (aunque baja) de regresar al poder departamental. Allí, nuestras mediciones han marcado sistemáticamente un liderazgo del PN, sostenido en la candidatura de Guillermo López, sucesor del dos veces intendente (hoy embajador en Argentina) Carlos Enciso. Sin embargo, la distancia nunca ha sido concluyente y ha rondado los 10 puntos, lo que significa que un trasiego de votos de un bloque al otro podría generar un emparejamiento de la competencia. En suma, por efecto de la renovación de liderazgos en el PN y la ausencia del principal caudillo departamental nacionalista en la contienda, el escenario se presenta más competitivo (aunque favorable al PN) respecto a 2015, instancia donde el PN triunfó cómodamente por casi 30 puntos de diferencia.

En cuanto a los cinco departamentos del interior donde el FA ejerce actualmente el gobierno departamental, se constata que en tres casos existe una disputa muy pareja entre el FA y el PN, perfilándonos hacia escenarios donde las victorias de un lema sobre el otro difícilmente superen los 10 puntos de ventaja. Estos son los casos de Rocha, Río Negro y Paysandú.

En Paysandú, la situación ha sido de altísima paridad entre el FA y el PN a lo largo de todo 2020, lemas que con respectivas ofertas de triples candidaturas (claramente lideradas por Guillermo Carballo y Nicolás Olivera respectivamente), concentran hoy cerca del 80% del electorado sanducero. No obstante, tanto en julio como en agosto observamos leves ventajas en favor del PN y, en forma agregada, el escenario marca 5 puntos en favor del nacionalismo. En Río Negro, el PN mantuvo ventajas no concluyentes a lo largo de 2020 en la carrera departamental. Sin embargo, nuestros datos sugieren un posible emparejamiento de la competencia. En el bimestre julio-agosto, el PN marca 2 puntos de ventaja sobre el FA. Vale recordar que la última elección departamental de Río Negro se resolvió por algo más de 200 votos en favor de Oscar Terzaghi, quien hoy aspira a la reelección y es desafiado en el PN por una doble candidatura donde lidera con claridad el ex intendente Omar Lafluf sobre Pablo Delgrosso. Finalmente, en Rocha sucede lo inverso a Río Negro: el escenario se ha ido emparejando en los últimos meses pero en este caso en favor del PN. En el promedio bimestral julio-agosto, el FA se impone al PN por un margen de 3 puntos, lo que agrupa a Rocha junto con aquellos departamentos del litoral en disputa. Si bien en ambos lemas la oferta es de triples candidaturas, hay un claro mano a mano en la disputa por el sillón departamental entre el actual intendente frentista Aníbal Pereyra y el diputado blanco Alejo Umpierrez, el primero consolidado en la capital del departamento, el segundo con ventaja en algunas localidades estratégicas como Castillos y Lascano. Igual que en Paysandú y Río Negro, la paridad actual se asemeja al escenario de 2015, donde el FA triunfó por 4 puntos de ventaja ante el PN.

Un aspecto importante es que para renovar el poder en Río Negro, Paysandú y Rocha, el FA necesita votar en mayo varios puntos por encima de lo que votó en octubre. Es decir, en estos departamentos el FA necesitará sumar varios puntos de votantes que se inclinaron por algún lema del bloque multicolor en la primera vuelta presidencial. Este no es un desafío menor, especialmente pensando en Paysandú y Rio Negro, donde el FA suele votar por debajo en la elección departamental respecto a la elección nacional. En Rocha, el FA alcanzó en octubre el 34% de votación, lo que supone la necesidad de apelar a algo más de 10 puntos adicionales para ganar la elección departamental. Sin embargo, Rocha es junto a Canelones una de las excepciones territoriales, en la medida que el FA desde que accedió al gobierno departamental ha votado sistemáticamente mejor en mayo que en octubre.

De los tres departamentos del litoral donde hoy gobierna el FA, el escenario salteño es aquel más favorable para la continuidad oficialista. A lo largo del año, el FA sistemáticamente ha tenido ventaja sobre el PN y el PC. En Salto, como se observa, la situación es especial pues la competencia ha estado estructurada en tercios, dado que el PN y el PC se reparten más parejamente que en otros departamentos al grueso del electorado multicolor. Considerando globalmente nuestras mediciones recientes, el FA (con la candidatura predominante de Andrés Lima y el complemento de Soledad Marazzano) obtiene 8 puntos de ventaja ante el PN (liderado por Carlos Albisu) y 19 ante el PC (con claro liderazgo interno del ex intendente Germán Coutiño). Este es un escenario con diferencias importantes respecto a 2015, donde el FA y el PC polarizaron la elección y se repartieron al 90% del electorado mientras el PN obtuvo un margo 6%. Esta vez, el PN se ha posicionado sistemáticamente como segundo lema de preferencia, fundamentalmente a costa del PC, que retiene cerca de la mitad del electorado que lo apoyó en 2015. Si continuaran las preferencias en un esquema de tercios, las perspectivas son francamente mejores para el oficialismo frentista.

Resta por observar el panorama en Canelones, segundo departamento en cuanto a tamaño poblacional y donde el FA desde 2005 se ha convertido en partido predominante, con cómodos triunfos sobre los partidos fundacionales. Aquí, una vez más el FA se encamina hacia una holgada victoria, de la mano de la candidatura única de Yamandú Orsi, aspirante a la reelección. En el bimestre julio-agosto, el FA obtiene 44 puntos de ventaja ante el PN, segundo lema en intención de voto. Además de los factores de largo plazo que explican la consolidación del FA en Canelones en los últimos 15 años, debe agregarse la fuerte popularidad de Orsi entre la población canaria (su simpatía ha superado siempre el 60% a lo largo de todo 2020) y los problemas en la construcción de liderazgos potentes de escala departamental (y no solo municipal) en los partidos fundacionales. En el PN, sus dos candidatos Amin Niffouri y Javier Radiccioni son todavía desconocidos por la mayor parte del electorado canario. En el PC, en tanto, recientemente renunció a la candidatura departamental Adrián Peña, por efecto de su asunción como Ministro de Medio Ambiente, lo que complica aún más el escenario electoral de un partido que supo dominar con claridad el departamento durante la mayor parte del siglo XX y que hoy cuenta con una muy magra intención de voto. En las actuales circunstancias, es posible incluso que el FA vote mejor en Canelones que en Montevideo (su gran bastión histórico) y que su distancia ante los lemas rivales sea la mayor de todas las registradas hasta ahora.

Conclusión

En suma, la principal incógnita del actual ciclo electoral departamental es qué capacidad de retención tendrá el FA en aquellas intendencias del interior en que hoy gobierna. Esta incógnita no es particularmente novedosa y, por tanto, no puede imputarse necesariamente a la alternancia en el gobierno nacional y el buen momento que atraviesa el actual gobierno ante la opinión pública. De hecho, en los 4 departamentos que presentan incertidumbre, la elección de 2015 también se resolvió por diferencias mínimas, en un contexto nacional muy diferente, signado por un cómodo triunfo del Frente Amplio a escala nacional. La otra incógnita importante que presenta el panorama electoral es Colonia, donde nuestros datos han marcado consistentemente que la reelección de Carlos Moreira no está asegurada, más allá que es el escenario más factible. Naturalmente, una eventual alternancia en el poder en este caso constituiría una auténtica sorpresa histórica, en la medida que el PN ha tenido una fuerte hegemonía en dicho departamento.

Pensando en el mapa político, los escenarios de máxima y mínima no son menores en términos de sus implicancias políticas: de un FA reducido a ejercer el gobierno departamental en el área metropolitana (asumiendo un triunfo en Montevideo, escenario de alta probabilidad) versus un FA predominando en el litoral del país y transformándose por cuarta vez consecutiva en el partido hegemónico de Rocha. O, pensándolo respecto al poderío del Partido Nacional, hablamos de un escenario potencial donde el PN pasaría a ejercer 16 de las 19 intendencias a otro donde contaría con 11 intendencias.

Por último, al incorporarse al análisis los datos más recientes, se sigue sosteniendo la hipótesis de votaciones significativamente menores para el Partido Colorado y Cabildo Abierto en mayo respecto a octubre, con la gran excepción de Rivera, donde el PC suele votar sistemáticamente mejor en la elección departamental. Junto a la menor disponibilidad de liderazgos locales de alta popularidad, uno de los factores explicativos de este fenómeno es el diseño electoral de la competencia departamental: al ser una elección de ronda única, son mayores los incentivos para una polarización entre dos lemas. Además, debido al sistema de candidaturas múltiples, son varios los departamentos donde la atención se traslada a las competencias internas cuando hay un partido hegemónico en el departamento (generalmente el PN), quedando así relegada la votación hacia otros lemas. Esto se observó claramente en Flores en 2015 y se perfila para suceder en Treinta y Tres, Lavalleja y Cerro Largo en esta elección.

 

Ficha Metodológica

Este informe presenta la intención de voto en todo el interior del país, combinando dos encuestas realizadas en los meses de julio y agosto. La encuesta de julio se desarrolló entre el 13/7/2020 y el 29/07/2020, mientras que la encuesta de agosto se llevó a cabo entre el 12/08/2020 y el 31/08/2020. En ambas encuestas, se utilizó un muestreo aleatorio simple a números de telefonía celular, con complementación en algunos departamentos de un muestreo aleatorio a números de telefonía fija. Los resultados se encuentran ponderados por sexo, nivel educativo, edad y voto en las elecciones presidenciales de 2019 (parámetros departamentales). En todos los departamentos, la distribución territorial se corresponde con los principales grupos de localidades de acuerdo al Censo 2011.

Combinando ambas encuestas, se realizaron 7.150 encuestas, 3.500 en julio y 3.650 en agosto. En todos los departamentos, las muestras globales son de 400 casos, excepto en Rocha (450 casos),  Flores (300 casos) y Maldonado (300 casos).

Según el tamaño muestral, la información agregada tiene un margen de error de +/- 4.5% para las encuestas de 400 casos y de 5.7% para las encuestas de 300 casos. Este informe se presenta como primicia en Telenoche 4.

Consideraciones metodológicas

El presente informe no pretende dar una predicción exacta de los resultados de la próximas elecciones departamentales. La información más reciente fue registrada a un mes de la elección, quedando pendiente el efecto que pueda tener el tramo más intenso de la campaña. Sin embargo, se propone despejar varias interrogantes centrales: cuáles departamentos presentan competencia incierta por lema y dónde se perfilan los diferentes partidos para ganar y perder votación respecto a elecciones previas.

¿Por qué presentar en forma agregada nuestros datos de julio y agosto? En pocas palabras: porque son aquellos en los que depositamos mayor confianza. Dado que las encuestas de cada mes están a veces sujetas a variaciones relativamente grandes debido a los tamaños muestrales pequeños, los cambios que se pueden dar de un mes a otro no necesariamente reflejan modificaciones en las preferencias electorales. Por lo tanto, en el caso de nuestras encuestas departamentales, la utilidad de nuestro trabajo no se encuentra en observar las fluctuaciones de un mes a otro sino en ofrecer con información combinada una caracterización razonablemente buena del escenario electoral faltando poco tiempo para la elección.

Como siempre, es necesario estar alerta que la intención de voto registrada en las encuestas tiene algunas limitaciones propias de la técnica, por ejemplo, la imposibilidad de registrar el voto “vergonzante”. Además, en la próxima elección departamental también estarán en juego las alcaldías de los diferentes municipios, cuya competencia en el interior del país suele ser intensa. Dado que no es posible votar en forma “cruzada” alcaldes e intendentes de diferentes partidos, debe tenerse en cuenta que algunas predisposiciones al voto hacia ciertos intendentes pueden entrar en conflicto con las preferencias en torno a la elección municipal. Por último, pese a su obligatoriedad, en las elecciones departamentales suele votar un contingente menor de ciudadanos que en las elecciones presidenciales (una de los posibles factores explicativos son los menores traslados por parte de quienes mantienen su credencial en su departamento de origen pero residen en otro departamento). Además, en esta elección, se podrá justificar el voto por causales vinculadas a la emergencia sanitaria, quedando por verse el impacto de esta medida sobre la participación. Estos factores no son menores si la no concurrencia tiene sesgos en términos de preferencias partidarias.

 

* Ante cualquier consulta relativa a éste informe u otros servicios comunicarse con Opción Consultores [email protected]; Tel. (598) 2413-6509.

 

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