El Monitor de Opinión Pública de Opción Consultores presenta información de seguimiento de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya. La encuesta, contratada por múltiples clientes, tiene las siguientes características:
Tipo de encuesta: Telefónica mediante sistema CATI y ejecución a cargo del Call Center de Opción Consultores.
Fecha de realización: 29 de octubre al 8 de Noviembre.
Universo de interés: Población mayor de 18 años residente en Uruguay.
Muestra: 800 casos.
Marco muestral: Números rango de todas las compañías de telefonía móvil del país (incluye todos los números con prefijos desde el 091 al 099). Según la ECH 2019, 90% de la población uruguaya mayor de 18 años cuenta con teléfono celular.
Muestreo: Aleatorio simple.
Ponderación: Como en toda encuesta, los datos de la muestra son ponderados para el cálculo de los distintos indicadores del estudio. En el caso del Monitor de Opinión Pública, los ponderadores son calculados mediante la técnica de calibración conocida como post-estratificación incompleta (rake). Las variables utilizadas para la calibración son: nivel educativo, tramos de edad, género, región de residencia y voto anterior. Dichas variables son utilizadas para reducir posibles sesgos de cobertura y no respuesta (existentes en toda encuesta) al estimar las proporciones de las variables de interés..
Margen de error: En el caso de las proporciones de las variables de interés de este informe, el margen de error máximo es de +/-4.1% para un nivel de confianza del 95% y se calcula teniendo en cuenta el diseño muestral y la metodología de ponderación implementada.
Nota metodológica: La pregunta de intención de voto sobre la LUC actual (se solicita reportar si se votaría en favor o en contra de la LUC) es algo diferente a la utilizada en previas ediciones. El cambio de fraseo (realizado para facilitar aún más la comprensión de la pregunta) no debería generar modificaciones sustanciales, permitiendo así comparabilidad con los datos registrados en ediciones previas.
Intención de voto – Referéndum LUC
Dentro de algunos meses se realizará un referéndum sobre la LUC, Ley de Urgente Consideración. Si ese referéndum fuera el próximo domingo, ¿Usted votaría a favor de la LUC o en contra de La LUC?
Intención de voto – Referéndum LUC (Serie 2021)
Dentro de algunos meses se realizará un referéndum sobre la LUC, Ley de Urgente Consideración. Si ese referéndum fuera el próximo domingo, ¿Usted votaría a favor de la LUC o en contra de La LUC?
Intención de voto – Referéndum LUC
Dentro de algunos meses se realizará un referéndum sobre la LUC, Ley de Urgente Consideración. Si ese referéndum fuera el próximo domingo, ¿Usted votaría a favor de la LUC o en contra de La LUC? – (Para indecisos) Aunque no tenga decidido su voto ¿Usted está más cerca de votar a favor de la LUC o en contra de la LUC?
Intención de voto Referéndum LUC según voto anterior (octubre 2019)
Dentro de algunos meses se realizará un referéndum sobre la LUC, Ley de Urgente Consideración. Si ese referéndum fuera el próximo domingo, ¿Usted votaría a favor de la LUC o en contra de La LUC?
Análisis
39% votaría a favor de la ley y 37% en contra en el referéndum sobre la LUC. El panorama actual es de ventaja oficialista debido al perfil de los indecisos y el voto en blanco/nulo.
Si bien no ha sido aún confirmado oficialmente (las firmas continúan contabilizándose), el referéndum sobre la Ley de Urgente Consideración es un hecho consumado y será uno de los principales hitos políticos de 2022. Además, hoy es uno de los principales temas de debate entre oficialismo y oposición. Nuestro Monitor de Opinión Pública de noviembre registra, a algunos meses de esta instancia, una situación de paridad entre quienes votarían a favor de la LUC y quienes lo harían en contra, con guarismos del 39% y 37% respectivamente. Dado que la posición es sobre la derogación, los primeros deberían ensobrar la papeleta del “No” y los segundos el “Si”. 5% declara a su vez que votaría en blanco o anulado y un 19% se encuentra indeciso. Dado que para derogar la ley es necesario superar la mayoría absoluta de los votos válidos (donde se incluyen los votos en blanco), los promotores de la derogación estarían precisando cerca de dos tercios de los indecisos para alcanzar su objetivo. En la medida que el voto en blanco favorece la continuidad de la ley y que los indecisos tienen cierto sesgo hacia el oficialismo, una evaluación global arroja hoy ventaja para el mantenimiento de los 135 de la LUC en discusión.
Observado en perspectiva histórica, la paridad entre intención de voto manifiesta a favor o en contra de la ley ha sido una constante desde Mayo en adelante, con cerca de 4 de cada 10 ciudadanos volcados por una u otra opción. No obstante, respecto a las ediciones previas de intención de voto, esta es la primera vez que quienes están a favor de la LUC superan a quienes se oponen. Frente al tercer trimestre, el porcentaje que votaría en contra de la ley desciende 4 puntos y el que lo haría a favor crece 2 puntos. Además, en esta edición, al 19% de indecisos le realizamos una pregunta adicional, solicitándoles aclarar si se encuentran más cercanos a votar a favor o en contra de la LUC. Si se imputan las respuestas a esta repregunta dentro de la intención de voto, los indecisos descienden al 12% (segmento que podría ser bautizado como “indecisos duros”) y el escenario queda con un 43% a favor de la ley y un 40% en contra. Es decir, el apoyo a la ley gana 4 puntos adicionales y la derogación 3 puntos, quedando 12 puntos por repartir. Esta fotografía confirma el panorama de ventaja actual para el oficialismo, en la medida que (con esta repartición de los indecisos) para la derogación de la ley sería necesario conseguir más del 80% del apoyo de los indecisos duros.
Esperablemente, la ley sigue siendo apoyada mayoritariamente por votantes de partidos de la Coalición Multicolor en octubre de 2019 y rechazada por la clara mayoría de los frenteamplistas. Entre quienes votaron al FA, 71% votaría por derogar la LUC, 18% por mantenerla y 11% está indeciso. Entre quienes votaron partidos de la CM, 63% votaría en favor de la ley, 11% en contra, 6% en blanco/anulado y 20% se encuentra indeciso.
Un segmento minoritario pero relevante es el de quienes votaron otras opciones en la primera vuelta de 2019 o no proporcionaron información sobre dicho voto. En este caso, 35% votaría en contra de la ley, 26% a favor, un 8% en blanco o anulado y un 31% se mantiene indeciso. El análisis global de la intención de voto por electorados confirma lo expuesto en anteriores informes: hay un mayor sesgo de los indecisos hacia el oficialismo y lo mismo ocurre con quienes votarían en blanco o anulado. Esto significa una ventaja para quienes promueven el mantenimiento de la ley: si las preferencias políticas generales de este segmento no cambian, es más probable que dichos ciudadanos terminen mayormente apoyando la ley que votando su derogación. Estos datos son además consistentes con los que surgen de la repregunta a los indecisos, donde es mayor el apoyo potencial a la ley que a su derogación.
Más allá de estas constataciones, el escenario está abierto por varias razones. En primer lugar, falta bastante tiempo para la celebración del referéndum, previsto entre marzo o abril de 2022, por lo cual es posible que ocurran alternaciones relevantes en las preferencias ciudadanas. En este sentido, aunque la temática (o mejor dicho las temáticas) de la LUC son intensamente debatidas entre dirigencias oficialistas y opositoras, el clima general de opinión pública es de baja información, con solo 9% que se declara “muy” informado sobre la ley, 36% “bastante” informado, 40% “poco” informado y 15% “nada” informado (es decir, los poco y nada informados son más de la mitad de la población). ¿Cuál puede ser el efecto de un eventual crecimiento de la información sobre la LUC? No sabemos la respuesta pero creemos que es un dato relevante a tener en cuenta. Por otro lado, independientemente de que algunos artículos de la ley comienzan a ser fuertemente debatidos entre dirigentes y militantes (por ejemplo, los referentes a los alquileres sin garantía o a la eliminación de la libertad condicional para ciertos delitos), es claro que el voto en el referéndum estará fuertemente condicionado por el clima de opinión general en torno al gobierno. Durante 2021, si bien el oficialismo perdió algo de apoyo respecto a 2020, la satisfacción con la gestión ha superado claramente a la insatisfacción. Siendo este tema un asunto pasible de sufrir modificaciones, será clave observar qué nivel de apoyo recoge el gobierno al momento de concurrir a las urnas, en un contexto donde (con pandemia controlada) los temas económicos se perfilan para ser especialmente relevantes. Por último, queda por observarse el efecto de la intensificación de la campaña. En este sentido, los promotores de la derogación tienen un activo a su favor: cuentan con la capacidad de movilización tanto de la principal fuerza política del país (el Frente Amplio) como de varias organizaciones sociales relevantes, muy especialmente el PIT-CNT. El impacto de la esta capacidad de movilización de la izquierda política y social ya ha sido observada en instancias recientes (sin ir más lejos, en las semanas finales de la campaña de firmas contra la LUC) y es un elemento más que obliga a la cautela a la hora de analizar las perspectivas del referéndum.
