–Tipo de estudio: Encuesta Telefónica de alcance nacional
–Fecha de realización: 15 al 24 de febrero de 2023.
–Universo: Mayores de 18 años residentes en el territorio nacional.
–Marco Muestral: Números rango de telefonía celular.
–Muestra: 810 casos.
–Muestreo: Aleatorio simple.
–Margen de Error: En el caso de las proporciones de las variables de interés de este informe, el margen de error máximo es de +/-3.9% para un nivel de confianza del 95% y se calcula teniendo en cuenta el diseño muestral y la metodología de ponderación implementada
–Supervisión y control de campo: Supervisión presencial y grabación del 100% de las encuestas.
–Ponderación: Los ponderadores son calculados mediante la técnica de calibración conocida como post-estratificación incompleta (rake). Las variables utilizadas para la calibración son: nivel educativo, tramos de edad, género, región de residencia y voto anterior. Dichas variables son utilizadas para reducir posibles sesgos de cobertura y no respuesta (existentes en toda encuesta) al estimar las proporciones de las variables de interés.
Aprobación de gestión: general, seguridad y economía
Serie histórica semestral de aprobación de gestión económica (2020-2023)
Serie histórica semestral de aprobación de gestión en seguridad (2020-2023)
Aprobación de gestión por áreas – electorado CM
Aprobación de gestión por áreas – electorado FA
Análisis
37% aprueba la gestión económica del gobierno nacional y otro 28% aprueba la gestión en seguridad. La tendencia evolutiva de la aprobación económica es de alta estabilidad mientras que existe un proceso de creciente desaprobación de la gestión en seguridad.
La seguridad y la economía son, desde hace larga data, las principales preocupaciones país de los uruguayos. Por esta razón, es relevante realizar un monitoreo de la opinión pública no sólo en relación a la evaluación genérica del gobierno sino también respecto a su performance en estas dos áreas clave de política pública. En este sentido, la primera edición de nuestro Monitor de Opinión Pública de 2023 arroja un panorama evaluativo bastante diferente en estas dos dimensiones de gestión.
Respecto a la aprobación de la gestión económica, hay una brecha evaluativa levemente positiva (+6), que surge al contraponer el 37% que la califica como muy buena o buena del 31% que la cataloga como “mala” o “muy mala”. Este leve saldo positivo ha sido muy estable desde el segundo semestre de 2021 en adelante. Se constata, además, que dicho saldo convive con un diagnóstico del contexto económico entre cauto y moderadamente pesimista, donde solo un 29% opina que la situación económica del país es muy buena o buena. El hecho de que la aprobación económica del gobierno sea superior al optimismo económico respecto a la situación del país, probablemente se relaciona con el hecho de que sigue siendo minoritario (25%) el porcentaje poblacional que considera al gobierno como el principal responsable de los problemas económicos que atraviesa el país.
Desde otro ángulo, la aprobación económica es levemente inferior a la aprobación general de gestión, aunque en los últimos trimestres se comenzó a observar un proceso de creciente convergencia entre ambas dimensiones, aspecto que resulta lógico tomando en cuenta el fuerte predominio de las preocupaciones económicas desde el fin de la pandemia. De hecho, actualmente la desaprobación económica es muy similar a la desaprobación de gestión general, existiendo una alta correlación entre ambos fenómenos.
El panorama referente a la evaluación de la gestión en seguridad es bastante diferente al de la gestión económica, tanto en la mirada sincrónica como diacrónica. Para comenzar, en la actualidad predomina la desaprobación sobre la aprobación de dicha gestión, existiendo un saldo evaluativo de -15. Dicho saldo surge dado que un 43% cataloga la misma como mala o muy mala contra un 28% que la califica como buena o muy buena. La evaluación de la gestión en seguridad, por tanto, está bastante por debajo tanto de la aprobación general como de la aprobación de gestión, posicionándose como una de las debilidades de imagen más relevantes del gobierno en la actualidad. Asimismo, la mirada evolutiva revela que en 2022 se comenzó a reflejar un crecimiento continuo de la desaprobación y caídas de similar magnitud de la desaprobación. Si, por ejemplo, comparamos los niveles de aprobación del segundo semestre de 2021 con los de la actualidad, observamos que el porcentaje de uruguayos que señala que la gestión es mala o muy mala creció 18 puntos, cayendo correlativamente 17 puntos el porcentaje de quienes le otorgan buena nota a dicha labor. Este crecimiento de la desaprobación se condice con un 2022 notoriamente más desafiante para el gobierno en los indicadores de criminalidad, particularmente de los homicidios (que aumentaron un 25% respecto a 2021), el indicador de más fiabilidad comparativa tanto respecto a épocas pasadas del país como respecto a la situación de otros países.
Aunque los electores oficialistas tienen miradas favorables sobre ambas dimensiones, es 19 puntos superior el porcentaje de aprobación económica que el de aprobación en seguridad. Entre los frenteamplistas, predomina la desaprobación de ambas gestiones, siendo especialmente elevados los niveles de desaprobación en seguridad.
Igual que al evaluar en forma genérica la gestión de gobierno, existe una fuerte segregación por electorados en la aprobación económica y de seguridad, con amplios niveles de aprobación entre los electores oficialistas y contundentes guarismos de desaprobación entre los opositores (votantes frenteamplistas).
Entre los votantes de partidos de la actual coalición de gobierno, casi dos de cada tres califica la gestión económica como muy buena o buena y únicamente 1 de cada 10 la define como mala o muy mala, registrándose así una brecha evaluativa de +55. Respecto a la gestión en seguridad, también predomina entre los votantes oficialistas una mirada favorable pero más matizada, dado que el porcentaje que aprueba (45%) es 19 puntos inferior al que aprueba la gestión económica, y porque es 15 superior el porcentaje de votantes coalicionistas que desaprueba la gestión en seguridad (24%) respecto al que desaprueba la labor económica del gobierno. Tratándose de un electorado oficialista, que el porcentaje que aprueba la gestión en seguridad no alcance la mayoría absoluta constituye una luz amarilla para el gobierno.
Cuando nos trasladamos al electorado frenteamplista, las cifras cambian fuertemente, con porcentajes minoritarios que aprueban cualquiera de las dos gestiones: 7% en economía y 9% en seguridad. A diferencia del electorado coalicionista, no hay grandes diferencias en la aprobación en estas dos dimensiones. Sin embargo, se observan diferencias importantes en la desaprobación, siendo 14 puntos mayor el porcentaje de frenteamplistas que desaprueba la gestión en seguridad (70%) que el que lo hace en relación a la gestión económica (56%).
Por lo visto, puede concluirse que los menores niveles generales de aprobación en seguridad que en economía se deben fundamentalmente a diferencias evaluativas dentro del electorado oficialista. En cambio, los mayores niveles de desaprobación en seguridad se explican por diferencias existentes al interior de ambos electorados, oficialista y opositor, siendo superior en ambos tipos de votantes el nivel de desaprobación de la gestión en seguridad. Como nota final, aunque la mirada de la gestión en seguridad es uno de los principales desafíos actuales de posicionamiento del gobierno ante la opinión pública, su capital político sigue siendo ampliamente superior al poseído por la pasada administración (segundo gobierno de Tabaré Vazquez), donde los niveles de desaprobación en seguridad se mantuvieron sistemáticamente por encima del 65% durante casi todo el ciclo de gobierno.
Fuente de imagen de portada: «Nuevo edificio de la Presidencia de la República Oriental del Uruguay», Cleant, 27/08/2009
(extraída de: web.archive.com)
